Hace ya un par de meses que no paso por aquí. Y aunque podría decir que me alejé por falta de tiempo, por tener muchas cosas entre manos o por estar enfocada en otras áreas… lo cierto es que estuve un poco rota. O tal vez simplemente más sensible, más hacia adentro. Con menos palabras disponibles y con más necesidad de silencio.
La ansiedad volvió con fuerza. Estuvo acompañada de dolores físicos, como una lumbalgia persistente y problemas gastrointestinales que me dejaron sin ganas de compartir nada. Estaba agotada. Y sin embargo, seguí haciendo. Seguí sosteniendo mis proyectos, aunque fuera desde la parte más invisible: la que no se ve en las redes, la que no produce publicaciones. La que igual también importa.
Mientras tanto, terminé el curso de chino A1 en la Escuela de Idiomas. Fue un desafío enorme, no por el contenido en sí, sino por la falta de motivación que arrastraba con ese idioma y una mecánica en clase bastante caótica y frustrante que me ponía todo más cuesta arriba. Además me robaba mucho tiempo, y eso me frustraba, porque aunque había sido una elección mía, no terminaba de resonar. Pero lo saqué adelante, y lo aprobé con muy buena nota. Y después de darle muchas vueltas, he decidido dejarlo en pausa para dedicar mi energía a La Séptima Posada, que sí vibra con lo que quiero crear ahora.
Otra cosa que hice, y que me costó bastante a nivel interno, fue dejar la autoescuela donde lo estaba pasando realmente mal. Me costó más de lo que imaginaba soltar eso, pero al final pude hacerlo sin conflicto, con cuidado, y eso también es parte de mi camino. Me apunté a otra, y aunque el inicio se ha retrasado más de lo esperado por causas ajenas a mí, hoy empiezo con las clases prácticas. Me siento nerviosa, sí, pero también emocionada por darme una nueva oportunidad. Esta vez desde otro lugar. Desde mí. Quiero aprender bien a conducir y disfrutar de la conducción.
Además, terminé el curso de japonés de este año. Estoy en nivel B1, aunque a veces me pesa no poder hablarlo con fluidez. Me cuesta encontrarle espacio, pero no quiero soltarlo. Este verano intentaré darle un empujón y a seguir en septiembre.
En medio de todo esto, también estoy en proceso de sanar mi relación con el verano. Siempre fue una estación difícil para mí: mucho calor, mucho afuera, mucha exigencia de estar bien. Desde hace un tiempo decidí que quería que eso cambiara. Y aunque es un cambio que ocurre más dentro que fuera, algo ya se está moviendo. A pesar de seguir en una casa sin aire acondicionado y de sentir que mi cuerpo no tolera bien este clima, me siento más en paz. Más dispuesta a habitar el presente con lo que trae.
También ha sido un tiempo para mirar de frente heridas antiguas. Mi pareja se muda a la playa durante el verano, y he tenido que atravesar el dolor que me despierta que otros se vayan, elijan distinto, sigan su camino sin mí. La herida de no poder ir con ellos. De sentir que me quedo. Que (en cierto sentido) no me elijen. Pero esta vez no me he quedado igual: he puesto presencia, ternura y firmeza. No me he conformado, pero tampoco me he abandonado. Estoy creando, poco a poco, la vida que quiero también en la materia. Y eso, aunque aún no se vea del todo, ya está ocurriendo. Viviendo en gerundio…
Es el salón de mi casa, justo detrás mía están mis padres viendo la tele, y a mi lado un aire acondicionado portátil e infernal que hace el mismo ruido que una zona en obras (spoiler: no enfría el ambiente casi nah). 😝
Escribo esto simplemente queriendo expresar, sin pretensión de buscar conclusiones o aportar una guía o consejos a nadie. Puede que esto no sea lo que muchos buscan leer aquí y hasta les resulte aburrido. Pero sí sé que volver, aunque sea desde el caos, también es una forma de confiar en mi camino, y de dignificar poniendo en palabras ciertos procesos que no son tan estéticos y que no hay forma de acomodar para que cumplan estándares sociales. Y que a veces el acto más espiritual de todos es simplemente no desaparecer de una misma, darse un espacio y mostrarse, cuando apetece.
Gracias por seguir aquí. Por leerme aunque desaparezca un poco.
Por sostenerme incluso cuando no tengo grandes cosas que decir.
Estoy volviendo.
Con alma. Y con ganas de seguir contando.
P.D Espero que esto aporte a alguien. A mi me ha servido para pasar un buen rato recopilando mi vida y encontrándome a mi misma de nuevo. Ojalá que mostrarme tal y cómo soy pueda inspirar y apoyar a otros. Un abrazo.
He comenzado este viaje en Substack para compartir mis reflexiones sobre todo lo que voy recogiendo en el camino. Este espacio es un refugio donde la escritura fluye con libertad, sin pretensiones, solo con la intención de expresar, inspirar y acompañar. Si algo de lo que lees aquí te resuena, me encantará que formes parte de esta travesía. 💙 Suscríbete y seguimos caminando juntos. Si te interesan la filosofía y la espiritualidad aplicadas tengo otro substack dedicado a mi proyecto que es
. Y ya sabes que me ayudas mucho dando like, comentando, compartiendo y suscribiéndote. Si quieres saber más sobre mí y mi proyecto tienes toda la info en el link de mi perfil .